Los orígenes de este concepto, hoy en uso dentro del mundo psicopedagógico, han de encontrarse en la órbita de la tecnología, de la ingeniería de software y de los lenguajes y sistemas de programación orientados a objetos.
Este tipo de programación con la citada orientación a objetos, prima especial y precisamente la generación de componentes –objetos- que puedan ser reutilizados. Como sucede en este tipo de saberes técnicos, la precisión conceptual es alta y no suelen existir problemas a la hora de encontrar una definición apropiada, por ejemplo, para estos objetos. Sin embargo en el ámbito pedagógico, no queda suficientemente claro ni consensuado dentro de la literatura propia a qué podemos considerar “objetos de aprendizaje”, ¿cuál su tamaño o extensión?, ¿cuál su significación?, ¿cuál la unidad mínima para ostentar esa conceptualización?, ¿cuál la secuencia?, ¿cuáles los estándares técnicos o pedagógicos y qué papel juegan éstos?, ¿cuáles los criterios para combinar, mezclar o integrar esos objetos?, ¿cuáles los principios pedagógicos y teorías que los sustentan?, ¿cuáles sus criterios de calidad?, ¿cuáles los principios y técnicas apropiados para evaluar objetos de aprendizaje desde el punto de vista teórico y práctico?,... Artículo Completo
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